Agosto 2022
Todos la utilizamos a diario: la nube. Dropbox y Google Docs facilitan el intercambio de datos, mientras que el software basado en la nube ya es algo que está ampliamente extendido. Esto que ya forma parte del día a día de muchos, también se está introduciendo en la infraestructura de las empresas industriales. Sin embargo, existen algunos aspectos que hay que tener en cuenta al dar el paso hacia la nube de datos.
Si desea implantar la nube en su empresa, necesita confiar en los gigantes tecnológicos, ya que son unas pocas empresas estadounidenses las que dominan el negocio: Amazon, Microsoft, Google e IBM han conseguido un nicho de mercado bastante lucrativo gracias a sus soluciones en la nube para las empresas. El líder del mercado, Amazon, ingresó casi 20.000 millones de dólares procedentes de la computación en la nube solamente en el último trimestre del ejercicio 2021.
Además del potencial de ahorro, la presión por la innovación también está provocando un replanteamiento de las TI. Para cartografiar digitalmente los complejos procesos empresariales y las cadenas de suministro en red de un ecosistema, se necesitan recursos informáticos flexibles y evolutivos. Y esto también es aplicable a la industria: cualquiera que quiera aprovechar las ventajas del internet de las cosas (IoT) en la producción y poner en práctica el concepto de Smart Factory no puede prescindir de la nube.
No todas las nubes son iguales. Fundamentalmente, las empresas pueden elegir entre dos tipos:
Si una empresa utiliza una nube de forma exclusiva para sí misma, se denomina nube privada.
Por el contrario, una nube pública la utilizan varias empresas al mismo tiempo, aunque los proveedores se aseguran de que los diferentes usuarios solo puedan acceder a sus propios datos.
La elección de la solución óptima y de la infraestructura adecuada no es el único reto a la hora de implantar la nube. Para las empresas industriales, esta transformación es especialmente compleja. En definitiva, las empresas manufactureras tienen que interconectar dos universos muy heterogéneos, como son la tecnología de la información (TI) y la tecnología operativa (TO).
Pero a pesar de estos inconvenientes, la computación en la nube también está ganando terreno en la producción industrial. Algunos grupos empresariales ya han puesto en práctica el concepto de Smart Factory, algo que resulta totalmente inconcebible sin recurrir a la nube.