Procesos de producción optimizados

El Grupo Haslach, con sede en Alemania, desarrolla tecnologías de filtro avanzadas con un enfoque eminentemente sostenible. De ahí su visión de cómo poder reducir las partículas finas en las ciudades. La empresa familiar tiene una plantilla de más de 200 empleados y genera una facturación anual de cerca de 22,5 millones de euros (2018). 

A causa de la gran diversidad de los pedidos de los clientes, los procesos logísticos carecían de un método sistemático. El almacenamiento de materias primas y piezas prefabricadas nunca estaba totalmente estructurado. Por ejemplo, a menudo no estaba claro dónde se almace-naba cada material, lo que se traducía en largas búsquedas y pérdidas de tiempo adicionales. El objetivo era introducir un sistema en los proce-sos y empezar a caminar hacia la industria 4.0. 

Con una solución totalmente automática, Bystronic optimizó los procesos de almacén sin interrumpir la producción. El software, desarrollado según las necesidades específicas del cliente, conecta láser y almacén. Esto permitió obtener unos procesos más transparentes en los que no se producían cuellos de botella, por lo que ahora puede aprovecharse toda la capacidad. 

Bystronic desarrolló una solución a medida de las necesidades de Haslach, incluidos un cronograma y la entrega. El objetivo era opti-mizar los flujos de datos y materiales, así como prestar la mejor asistencia posible al cliente durante la puesta en servicio. Para que todo llegara a buen puerto, un jefe de proyecto trabajó in situ.

A lo largo de tres meses se instalaron dos nuevas células láser con almacenes Trafö sin interrumpir la producción. La actividad diaria pudo mantenerse con toda normalidad. Un director de obra se encargó de la coor-dinación necesaria en colaboración con los empleados de Haslach. Gracias a la minuciosa planificación, pudo determinarse de forma precisa qué componentes debían entregarse en qué momento y de qué medios se disponía para ello. Así, pudieron evitarse cuellos de botella.

La implementación del proyecto duró cerca de tres meses. El cliente recibió amplia asistencia, desde la fase de introducción hasta la puesta en marcha final. Bystronic mantuvo un intercambio permanente con el cliente para que este se familiarizara con las nuevas instalaciones, así como con los cambios en los procesos de producción. Gracias al minucioso seguimiento de la producción, así como a la cuidadosa formación que recibió el cliente, el proyecto pudo terminarse dentro de plazo para plena satisfacción de ambas partes.